martes, 28 de enero de 2014

¿POR QUÉ CRISTO RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS?

(Reflexionando con mi hno. Anderson Cardona)

1 Corintios 15:12-14, 17 “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. (…) Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados”.

El SEÑOR Jesús cumplió la profecía de que debía morir en nuestro lugar como nuestro Sustituto para llevar el pecado de todos nosotros y finalmente resucitó (Léase Isaías 53). La pregunta es: ¿Por qué resucitó Jesucristo? Porque la muerte no le pudo retener ya que no habiendo pecado nunca, no había castigo ni condena para inculparle; pues la paga del pecado es la muerte (Léase Romanos 6:23). El pecado es “infracción de la Ley” (Léase 1 Juan 3:4) y Él, nacido bajo la Ley, jamás la quebrantó porque siempre fue santo y justo (Léase Lucas 1:35; 2 Corintios 5:21; Gálatas 4:4-5 y Hebreos 7:26). Él murió, sí, pero a manos de otros (Léase Hechos 4:27-28).

Si el SEÑOR hubiese quebrantado la Ley en algún punto (Léase Santiago 2:10-11), sencillamente no podría haber llevado nuestros pecados como el sacrificio ideal ni tampoco hubiese resucitado. La tipología del Cordero de la Pascua y de los sacrificios en el Tabernáculo requerían que fuese perfecto, sin defecto, macho de un año (Por. Ej. Léase Éxodo 12:1-28; 29:38-43; Números 7; etc.), lo cual anticipaba al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y que fue destinado a nosotros antes de Su fundación (Léase Juan 1:29; 1 Pedro 1:18-21). Los sacrificios también señalaban Su perfección y santidad.

Por tanto, si estamos en Cristo (nuestra unión en Cristo), Su justicia nos es dada a nosotros por la fe al creer en el Evangelio, somos santificados en nuestra vida por el Espíritu Santo y también resucitaremos en Él (Léase Romanos 5:1-2; 1 Corintios 15:51-57; 2 Corintios 5:21; 2 Tesalonicenses 2:13; 1 Pedro 1:2). Resucitaremos gracias a todo lo que Él hizo: Desde que nació hasta que murió en la cruz. La resurrección es prueba de Su justicia, prueba de que nuestros pecados estuvieron en Él para perdón de ellos, y prueba de que hay salvación para vida eterna en esta vida y la que sigue solo por la fe en Jesucristo. Bendita, preciosa y gloriosa esperanza. 

[*Nota: Esto explica por qué tanto énfasis a lo largo del libro de los Hechos en cuanto al testimonio de Su resurrección y sus implicaciones en la predicación del Evangelio. También explica por qué el apóstol Pablo comienza 1 Corintios 15 asociando el Evangelio de la Gracia con la resurrección como centro de su mensaje (Léase 1 Corintios 15:1-8)].

¡Sólo a Dios la Gloria!