viernes, 6 de diciembre de 2013

Y DIJO DIOS: “SEA LA LUZ”... Y SU HIJO VINO AL MUNDO

Creo que toda la Biblia presenta a Jesucristo, de principio a fin. Creo que la presencia de Jesucristo cubre cada página de las Escrituras. Y, claro, creo también que el Creacionismo señala el Evangelio. Por ejemplo, meditemos en el siguiente pasaje bíblico:

Génesis 1:3-5 “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día”.

¿Cómo apunta este pasaje al gran mensaje de la Salvación en Cristo? Cuando vemos lo que los escritores del NT han tomado de este pasaje un paralelismo entre el Creacionismo y el Evangelio de nuestro SEÑOR Jesucristo.

“Y DIJO DIOS…”

A lo largo del primer capítulo de Génesis leemos que cuando Dios habla, la expresión “Y dijo Dios…”, hay una actividad creadora (Léase Génesis 1:3, 6, 9,11, 14, 20, 24 y 26). Vemos que el centro focal de este capítulo es la Palabra de Dios en el principio. De igual modo, Juan el apóstol nos revela el paralelismo de la Palabra Creadora y Sustentadora al inicio de su Evangelio:

Juan 1:1-3 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.

El “Verbo”, en griego, significa la “Palabra”. Por lo que se entiende que “En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios”. La pregunta es: ¿Quién es la Palabra de Dios?

Juan 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Subrayado añadido).

1 Juan 5:20 “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en Su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” (Subrayado añadido).

El Verbo de Dios o la Palabra de Dios, como comprobamos, es el SEÑOR Jesucristo, el Hijo de Dios, el que es “verdadero” y el “Sustentador de todas las cosas con la Palabra de Su poder” (Léase Hebreos 1:1-4).

“SEA LA LUZ; Y FUE LA LUZ…”

Nuevamente notamos que Juan el apóstol, al igual que el apóstol Pablo, hace referencia al origen de la luz en la creación con la primera venida de nuestro SEÑOR Jesucristo en el momento de Su encarnación al nacer en este mundo:

2 Corintios 4:6 “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.

Juan 1:4-5 “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”.

Y nuestro SEÑOR mismo afirmó ser Él la Luz del mundo:

Juan 8:12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Subrayado añadido).

Esta luz vio Dios que era buena (Léase Génesis 1:4) y vino a darnos vida, vida eterna en Él (Léase Romanos 6:23).

“Y SEPARÓ DIOS LA LUZ DE LAS TINIEBLAS…”

En lo espiritual y/o analógico, ¿Cómo fue que Dios separó la luz de las tinieblas? ¿En qué sentido lo podemos entender? El apóstol Pablo nos da una idea muy precisa:

1 Tesalonicenses 5:5 “Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas”.

Usando esta analogía, Dios separó la Luz de las Tinieblas según el apóstol Juan:

Juan 3:19-21 “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios” (Subrayado añadido).

Juan 1:9-13 “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.

¿A qué vino la luz?

Mateo 1:21 “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre Él”.

Todo aquél que permanece en tinieblas, irá a condenación eterna y padecerá la Ira de Dios. La única forma en que podamos ser trasladados de las tinieblas a la luz es escuchar el mensaje del Evangelio, que se nos conceda arrepentirnos de nuestros pecados y creer en el nombre del Hijo de Dios, para ser adoptados como Sus hijos, e hijos de luz y todo es obra soberana del Dios único y verdadero (Léase Marcos 1:14-15; Juan 3:16, Hechos 11:8, Romanos 5:8, Efesios 2:8-10, Filipenses 1:29; Colosenses 1:13 y 2 Timoteo 2:25). Este mensaje que se anuncia es salvación por gracia, no por obras para que nadie se gloríe (Léase Efesios 5:5, 8-9).

“Y LLAMÓ DIOS A LA LUZ DÍA, Y A LAS TINIEBLAS LLAMÓ NOCHE…”

¿Cómo diferenciamos “del día y de la noche” según el Evangelio? O en otras palabras:¿Cómo sabemos quién es creyente y quién no es convertido a Cristo? O ¿Cómo sabemos que soy hijo de la luz y del día y no de las tinieblas y de la noche? ¿Cómo sabemos que permanecemos en Cristo? A continuación los siguientes pasajes nos pueden dar la guía para examinarnos a nosotros mismos.

Romanos 12:12-14 “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”.

2 Corintios 6:14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”.

Efesios 5:8-12 “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto”.

1 Juan 1:5-7 “Este es el mensaje que hemos oído de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él. Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.

1 Juan 2:9-11 “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en Él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos”.

Por lo tanto es importante que nos examinemos a nosotros mismos si estamos en la fe:

2 Corintios 13:5 “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”.

EN CONCLUSIÓN

Como hemos comprobado, también Génesis tiene mucho que decirnos acerca del Evangelio, ya que el Creacionismo también fue utilizado por los autores del NT, siendo inspirados por el Espíritu Santo, para relacionarlo con el gran mensaje de la Salvación en Cristo Jesús. Si nos hemos hallado en la fe por gracia de Dios, si estamos en Cristo Jesús, entonces publiquemos y testifiquemos las buenas nuevas de la salvación, las buenas nuevas de un Salvador llamado Jesucristo:

Mateo 5:14a “Vosotros sois la luz del mundo”.

1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

Hechos 26:18 “Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en Mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados”.

¡Sólo a Dios la Gloria!